Tres entradas de la Enciclopedia Atlantis

1.

Francesco Moratti (Ferrandina, Italia, 2 de abril de 1886 – 3 de abril de 1968) fue un herrero, horticultor, astrólogo y poeta etílico. Es célebre por no haber hecho nada de interés, a excepción de una herradura cuadrada (que los estudiosos consideran una pifia, más que una creación deliberada) que le valió una condena menor (un cachetazo en la mejilla izquierda) por hereje – condena que posteriormente fue anulada, cuando le advirtieron al párroco del pueblo de que la Santa Inquisición había sido suprimida hacía ya tiempo (se cuenta que Moratti tenía derecho a devolver el sopapo, pero que, como muestra de su magnanimidad, se limitó a darle una puñalada en el vientre).

Entre sus obras desconocidas figura un sinnúmero imposible de mencionar dado lo ignoto de las mismas.

Se lo supone, eso sí, creador del apolón. Pero no existen evidencias de su existencia y, mucho menos, de su función. Estudiosos en el tema (se desconoce de qué tema – presumiblemente se trate de meros conjeturológos) afirman que era en realidad el nombre de su hijo menor (que, añaden recurriendo a un desvergonzado plagio, era de madera) – que no tuvo, porque sólo tuvo un hijo, por lo que no podía ser menor respecto de sí mismo. Su único hijo es el afamado ebanista, jugador de bocha y matemático aficionado Massimo Moratti.

Véase también Punto de templanza.

Véase también Massimo Moratti.

2.

Punto de templanza o de cambio de ánimo es el punto en el que cambian las emociones; es decir, es la menor distancia entre dos estados de ánimo. Fue descubierto por Massimo Moratti (Ferrandina, Italia, 5 de junio de 1907 – Beacon Falls, Connecticut, EE.UU., 6 de junio de 1981) mientras observaba cómo hervía el agua para prepararse un café en su taller de Ferrandina. Conjeturó que lo mismo debía darse con la química que creaba los estados anímicos humanos.

Para identificar tal punto de cambio de estado, llevó a cabo concienzudas observaciones que lo condujeron a identificar lo que denominó microgestos (leves contracciones musculares que acontecen principalmente en el rostro – allí registró 234; más otros 67 en el resto del cuerpo). A su vez, determinó los cambios de temperatura para cada estado anímico, así como la crítica para cada cambio emocional. Asimismo, midió la producción de saliva y sudor, la dilatación de pupilas y los cambios en el tono de la voz.

Con sus conocimientos matemáticos desarrolló una compleja fórmula para calcular el pasaje entre estados anímicos que relaciona todos los elementos mencionados.

En 1937 viajó a Estados Unidos con la finalidad de presentar su descubrimiento, pero allí lo rechazaron de plano. Sin dinero, se instaló en el pueblo de Beacon Falls, no lejos de la última universidad que había visitado, Yale.

Posteriormente, un profesor de Psicología Tentativa de dicha universidad presentó como suyos los descubrimientos de Moratti.

3.

San Seguidme, también conocido como el santo caminante, y también como el santo corredor, vivió a principios del siglo XI. Se desconoce a ciencia cierta su lugar de nacimiento, puesto que desde muy pequeño – se afirma que nada más nacer – comenzó su andadura. Algunos teólogos y geógrafos aventuraron la hipótesis de que el Santo incluso nació mientras su familia se desplazaba por algún punto de Europa, lo que habría condicionado, debido a la inercia, su vocación de movimiento.

Mientras pasaba por villorrios y caseríos, el Santo apenas decía “seguidme, no os voy a defraudar” (véase la apropiación de esta frase por el político argentino Carlos Menem), enfundando en una túnica raída que, sostienen algunos (no la túnica, sino la hipótesis), siempre fue la misma que, milagrosamente, iba extendiéndose a medida que el Santo crecía.

Nunca estuvo claro que su requerimiento, su invitación a ser seguido, tuviera algo que ver con lo religioso, pero la Iglesia, rápida de reflejos, vinculó astutamente esa llamada sin imposición, a la llamada del Señor (véase Dios).

En la cultura popular:

Un párroco italiano inventó una narración basada en la vida del Santo para entretener y adoctrinar a los niños de su pueblo: los niños seguían, en Cruzada, a un niño Santo. Más adelante, Marcel Schwob utilizaría el tema para una de sus creaciones literarias.

Hollywood también se valió de la vida del Santo. La película Forrest Gump le rinde un homenaje al Santo, del cual, su director, Robert Zemeckis es devoto.

Un movimiento de corredores, o “runners”, de Estados Unidos, Canadá y Sri Lanka ha propuesto nombrarlo patrono de los corredores.

© Marcelo Wio

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