Vendrá con la marea, con ilusorio halo
sagrado, como los provechos imaginados
o el alba mojada.
Vendrá luciendo exóticos abalorios, no
porque se le haya trastornado el gusto, sino
para escandalizar al gentío con extranjerismos.
Vendrá diciendo o soñando el trayecto
que lo habrá traído,
como si anunciara asombros y augurios.
Vendrá como todos terminan
por venir: amancebado con una hermosa
mentira calada de miedo.
Vendrá en mayo
que es cuando las aguas y los descuidos se estiran para comenzar a formar verano.
Vendrá roído de salitre
y nostalgias que ya no podrá consolar
con su regreso tardío – como todo retorno.
Vendrá aunque nadie
lo espere, como al sol
o a la muerte.
© Marcelo Wio
Dejar una contestacion