y todo
como flotando desasido de sí
sobre efluvios e infamias
y ese eco de espectros sumidos
en una oscuridad encandiladora
estridente: engañando apariencias y sentido y vértigo
sobre las espaldas epejadas y los ojos
muertos
sólo fraudulenta duración
de hormigón y vidrio
y destello mercurial
y ofertas de embaucadores que se enriedan
con los restos del disimulo y el augurio: pasta
de rostros repudiados
se eleva, con la temeridad del pavor
para ofrendarse
a la gravedad
y a la superficie
hacia arriba
con presuntuosidad de desesperada
mortalidad
se multiplica, sobre sí
compartimentos de provisionales circunstancias
desde lo alto de esas espesas prepotencias
de cristal con aliento a palabra no nacida
todo el tiempo
como halcones se desprenden
suicidas
las horas impotentes
sobre los imantados cardúmenes
de tránsito vehemente
derritiéndose, desgastándose
ese tumlto; el número
sobre los lechos sucios de ilusión
hediendo, todo: descomposición detenida/imperecedera
y la sustancia rastrera labrando desidentidades
y el efecto, exagerado
en esa disminución, siniestra
erosión
y persiste
en elevarse, ofrendarse
a sí misma, a nadie
atormentada, hacia arriba: huida
hacia ninguna parte: remedo de desconexión,
de salvación golpeada
inexorablemente al fondo
de la de cicatriz que se yergue
sobre la domesticada vida sin rasgos, sin
voz
arrinconada, apabullada
© Marcelo Wio
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