La precisión, el número, el cómputo,
el patrón: abstracción de la incertidumbre
falsificando la ilusión de una comprensión inexacta.
Tan ajenos a nuestra propia fórmula: apenas
inquilinos del desconcierto, del fractal
que siempre está reorganizando
su trazado; de un afán: pura ilusión,
la realidad: ese algoritmo iterado de
ceros y unos y tal vez: toda la concisión
de la cueva sombreando infinitos, espantando
experiencia.
Ahí. Ahí, en ese caos
de la idea sin amarre ni fe
que implique un sosiego verosímil,
aunque siempre transitorio e
inútil, ahí
nosotros: sustancia, pretexto,
contingencia.
© Marcelo Wio
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