Dimensión Hausdorff

Leía en su estudio mientras sus nietos jugaban, en susurros, sobre la alfombra gorda y reputada. Al levantar la vista, le dio la impresión de que la estantería, hipertrofiada de libros, se le acercaba como un telón arrastrado por una ráfaga de viento definitiva. Bajó la mirada: los nietos también se aproximabanampliaban, permaneciendo en su lugar. Un zoom hiperbólico. Todo se dilataba. Más y más. Como si él se adentrase en los objetos. En los sujetos. Todo ya sin identidad: elementos iguales, iterados. Desesperado, cerró los ojos. Los volvió a abrir y buscó sus manos, el libro, la seguridad. Pero allí sólo había una vasta intuición indiferenciada: sin voces ni parámetros; sin rostros ni extensión. Todo uno. Y nada.

 

© Marcelo Wio

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