Observé, sin quererlo, un vuelo distinto: o un incumplimiento
luchaba, la gaviota, desluciendo su blanco y su gracia
y su adaptación,
por posarse sobre el muelle fructífero de restos y epidemias
Luchaba contra el rechazo
de la gravedad: pesando el peso hacia donde no debía
subvertidas las leyes de la retención y la reivindicación
Como si un soplido de piedras y despojos y borrones: todo revocado y
rechazando la permanecia
y el ímpetu
Pero entonces, ¿que hago yo aquí
sostenido por los axiomas de la sujeción?
¿soy acaso el residuo de la erosión
del mundo contra las horas? ¿o se deshace
ante mí – testigo o muela inútil – la costumbre de la fuerza
que aglutina telurismo?
© Marcelo Wio
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