Mirar con asombro

 

Mirar con asombro. Sincero.
De niñez. ¿Hace ya cuánto? Incluso
cuando se ve algo
por primera vez. Como si ya
se hubiese visto. Tan lleno
de anticipación, conjetura, desilusión.
Tan repleto de ruidos y pelusas.
Tan gastado
de tiempo que no transcurrido, que no
ha tenido oportunidad de estropearlo
todo con la memoria.

Miramos como si fuésemos de natural
cínicos, o eternos, o como
si desde el vamos, nos hubiésemos dado
por vencidos: ¿qué más
da una cosa que otra, si acaso
todo sea una ilusión, un engaño; si todo
termina por ser definitiva cesación?

 

© Marcelo Wio

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.