Entró en un recuerdo (lo allanó, para ser más exactos). Buscaba un rostro, una dirección, una fecha. Un punto de referencia. Pero quedó atrapado en una trama para la que no estaba preparado: urdimbre de rencores y amores intermitentes. No se resistió mucho, realmente; a fin de cuentas, cualquier memoria que no fuese la propia era mejor.
© Marcelo Wio
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