En blanco y negro
hay un instante en la pared: amarre biográfico: una
humanidad envuelta en harapos
un rostro
de viscisitudes
Un perro raquítico, al fondo,
como una redundancia de
precariedad y abandono
En blanco y negro sobre la pared del salón
un horror leve ajeno
morigerado por el polvillo de años de calculada
negligencia
En blanco y negro sobre la pared
parece desactivar elementos esenciales
de la realidad circundante: más olvidable, más profana
© Marcelo Wio
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