
Por pereza, por desidia, por costumbre, por cobardía, había terminado refugiándose en la ligereza de las palabras insinceras pero dóciles, sobrias, sin abalorios, adiestradas en el arte de rellenar las distancias hechas de silencios, ausencias y desconfianzas. Palabras de fogueo – también útiles para las visitas que llegan sin avisar -. Palabras mantel para las miguitas. Palabras de descarte, intercambiables, reversibles, para decir sin decir; para desamar suavemente, sin palabras.
© Marcelo Wio
Dejar una contestacion