El suelo se desmaya
También nosotros
No, flotamos. Sostenidos por erizamientos de extravíos, de espantos silenciados
Mera rutina de aires inaugurales, esa que tienes: de contar inicios de nuevas reglamentaciones, de coreografías de tiempo y de espacio y de azares
Sólo es un ardid: una débil decadencia para salir de la posibilidad de la decadencia de las palabras entre tú y yo. Porque nos hemos dicho prácticamente todas las combinaciones posibles. Así pues, usurpo otras
Sólo por decir… Sin signficar
El propio decir significa: vínculos, articulaciones. El sonido entre tú y yo
Apenas pospones, difieres con onditas de aire más o menos cálido: y cuando llegue ese instante, no existirán los sintagmas para decirnos los adioses apropiados: sólo un ruido de imaginerías flotando como una interposición entre los desencuentros: la degradación de los gestos, las intenciones y los desmayos
Concuerda un poco conmigo. Ahora. Sin consecuencias. Mañana el suelo se habrá repuesto y las palabras serán las que fueron y me dirás esa burocracia de adioses tan sin sábanas. Ahora contemporiza
Hasta las ocho de la mañana de mañana
Hasta que se nos echen encima las coherencias
Hasta las ocho de la mañana
© Marcelo Wio
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