Con la ineptitud e impuntualidad habituales, el cirujano Etchenique se dignó a salir del quirófano para comunicarle a la familia que se cancelaba el postoperatorio y que, en su lugar, aconsejaba ir preparando el funeral. Terminó con el ofrecimiento de unas condolencias sin aspavientos, insinceras, meros artilugios para desvincularse y alejarse de la escena de dolor.
© Marcelo Wio
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