Nada tanto como la nada

Nada se parece tanto a sí mismo
como la muerte
invariable
imperturbable
desidentidad que sobreviene

Nada se parece tanto a uno mismo
como las palabras
ininteligibles
que urde la soledad
sin voz
sin forma

Nada tanto como uno
como los escombros de un pasado
que se pretende más auténtico
que la existencia

Nada
tanto
como uno
como el reflejo matutino
sin imposturas
sin finalidad: uno frente a uno
sumatoria que jamás es uno
que siempre es menos que la unidad

Nada tanto como uno
disgregado
tan igualado al olvido
de huesos y cenizas y nombres
que han servido para nombrar a tantos
como uno

Nada tanto como la nada
al final del principio
de la ausencia

© Marcelo Wio

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