Fe

Una nómina de nombres y jaculatorias

de la nada: una fe

en el vacío repetido en el vacío; 

unos vocablos pronunciados

como si fueran hechos ya consumados

pero que son entrega sumisa a la excusa

de destinos y potencias y encaprichados (y encapuchados)

planes sin diseño.

Y esa humilde solicitud creciéndose en exigencia

prepotente: el rezo trocado en enumeración

de privilegios

que va trazando la silueta que pretende

superponerse 

a la vida que no se está quieta

igual que las las sombras

que proyectan los cirios

que se encienden para componer la teatralidad

de creer en la propia fabulación: las palabras ondulando

demandas lucidas como virtuosas abnegaciones

los domingos entre campanadas y recogidos saludos

con el filo envainado. 

© Marcelo Wio

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