Horror de interior, de glándula, de corpúsculo, de imprecisiones
royendo la confianza en el tacto y urdiendo
las sombras informes
con las que se han de de crear las tétricas narraciones
del desvivir
Desde dentro goteando hacia dentro
las agregaciones de serotoninas y dopaminas y adrenalinas: tramoyistas
de la percepción
elaborando iluminaciones y atrezos para la inadaptación
del ser al existir
La mano enlutada que manosea
las memorias
que les espanta docilidades
que les amputa trozos para engarzarlos
en una combinación prepotente de culpas
y tormentos y acantilados y muñones de bosques ardidos y
habitaciones sin ventanas y con el aliento de muertes recientes
Todo para suspender la voluntad: dejar
en carne viva el anverso de las emociones convicciones
y las vergüenzas y misterios sin prestigio flotando
en una luz antigua
verdosa
como de atrio y estufa y aspereza de callos
Todo, una fácil desarmonía
construida con la suspensión de la perspectiva: todo
junto
inmediato
desordenado por el lenguaje que sobrescribe
y embadurna de desesperación mansa
el registro de las cosas y los hechos y las creencias
© Marcelo Wio
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