Toda esa luz manchada

toda esa luz manchada, con rastros de necesidad rancia, de voz apagada, entrando por una ventana sucia en lo alto de la estación, para asistir a un encuentro, a un beso que se posterga el tiempo necesario para que cada uno reviva las ansiedadeseos, para que cada uno compare el recuerdo del rostro pasado con el presente, para que cada uno comience a realizar los movimientos prevaricados para invadir el espacio del otro para rozar con sus labios inminentes el consuelo húmedo de una realización que ya se ha postergado más de la cuenta por vaya a saber uno qué injusticias, descuidos o contrariedades del tiempo, de la distancia y los aliados usuales de la nostalgia y el desconsuelo; toda esa luz manchada para auxiliar a la memoria, maculada de transformaciones y olvidos y algún engaño leve, a encajar el pasado en las facciones que cada uno, ahora, por obra del tiempo y negligencia

 

© Marcelo Wio

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